Desde el anuncio de la inclusión del lobo en el Listado de
Especies en Régimen de Especial Protección, algo necesario aunque sólo un
primer paso para su necesaria protección estricta, se ha revuelto el avispero
de ganaduros, cazadores y políticos a la caza del voto ganadero-cazador.
Tan inmenso es el bombardeo de noticias sobre el tema con las
amenazas, críticas y protestas de la industria ganadera, que han eclipsado a
las del covid. Quizás es que también había un sector periodístico ávido de
ventas. En fin, que acabo de leer al presidente de una patronal ganadera, un tal C.A.L. que, como tantos otros del ramo, se queja de vicio pero con
argumentos contradictorios de tal modo que he decidido señalarlos ya que tengo tanto derecho a expresarme como él. Lo titula con
la siguiente salvajada: “El lobo. Una salvajada política”.
Analizo a continuación sus frases, quejas y contradicciones. (Sus frases en cursiva). Espero que mis explicaciones os den argumentos contra la ignorancia, las falsedades y las manipulaciones del sector anti-lobo.
-“Filosofías iluminadas que menosprecian el sentido común
y no tienen los pies en el suelo”.
Es triste que se considere la conservación de la naturaleza y
la ciencia como una “filosofía iluminada” puesto que da a entender la inmensidad
de la ignorancia en la crítica. Por tanto, son estos críticos (este señor de la
patronal ganadera) quienes menosprecian el sentido común, el conocimiento y la
ciencia, y no tiene los pies en el suelo o, al menos, no los tiene en el suelo
del planeta Tierra y quizás sí en el de sus sueños económicos. Ha de entender
que necesitamos ecosistemas funcionales para nuestra propia supervivencia,
así que, aunque sólo sea egoístamente, él es quien tiene que poner los pies en
el suelo, pero en el suelo de nuestra Tierra.
-“La fauna salvaje multiplica a niveles insostenibles los
daños a las explotaciones e incluso pone en riesgo la integridad física de las
personas”.
Esto es totalmente falso. No tengo a mano los datos de los
daños producidos por jabalíes, conejos u otros animales, pero el lobo afecta
al 0,04% de la cabaña ganadera actual del país y a menos del 1% de la
cabaña ganadera de las zonas donde hay lobos. Por otra parte, los daños en
explotaciones son siempre debidos a la falta de medidas preventivas adecuadas
que deberían ser implementadas cuando se desarrollan negocios en el medio natural,
donde hay o debe haber fauna silvestre, que forma parte importante de la
biodiversidad.
-“(La inclusión del lobo en el listado) contó con
los votos en contra de las CCAA donde hay lobos y, por tanto, carece de la
necesaria legitimidad para salir adelante”.
Este señor dice que “carece de legitimidad” la inclusión del
lobo en el listado porque a él le parece, según su opinión personal. No acaba
de entender que no es una cuestión de opinión de “afectados” sino de ciencia. Se
cuestiona la protección de una especie clave de la biodiversidad. La votación
de las CCAA NO ES VINCULANTE y se realiza por deferencia, por protocolo. Decía
otro titular: “Dios salvó al lobo por un voto”. No, no es así. Es un Comité
Científico el que valora la NECESIDAD de la protección. Y el Gobierno lo
tiene que acatar.
Por otra parte, tienen el mismo derecho desde otras
comunidades donde no hay lobo a exigir que la especie se proteja. Por diversos
motivos lícitos y legales. Sería como si desde las provincias del interior no pudieran
decidir sobre el futuro o bienestar de los océanos.
-“Según los datos que manejamos las organizaciones
agrarias, el lobo se encuentra en expansión”.
Claro, es lógico entender que desde las organizaciones
agrarias, que han demonizado al lobo desde el origen de los tiempos, se tengan
datos erróneos, sobreestimados o falsos. La ciencia nos dice lo contrario: la
población del lobo está estancada desde hace muchos años y con tendencia al declive
y que no está en expansión sino que ha llegado a algunos lugares donde
sobrevive de forma precaria y se ha ido extinguiendo en otros. A partir de marcadores genéticos se ha
comprobado parámetros reducidos de diversidad genética y una notable
disminución del tamaño de la población efectiva del lobo. La población
efectiva (genéticamente) es un 23% inferior a la prevista, debido a la
persecución que sufrió la especie el siglo pasado. Esto hace que cada ejemplar
sea una joya genética.
-“Para los agricultores y ganaderos valencianos el ejemplo
del lobo es un precedente peligroso”.
Resulta vergonzoso que desde la Comunidad Valenciana, donde
se extinguió al lobo hace 200 años, se hagan estas afirmaciones absurdas, y no
entiendo el objeto de tan enconada e irracional posición anti-lobo. Lo único
peligroso, sobre todo para las generaciones futuras, es permitir que lobbies económicos,
que han demostrado ser tan dañinos para nuestro medio natural, sigan teniendo
voz en las decisiones de conservación de una especie y que pretendan que la biodiversidad
se adapte a sus negocios en vez de ser ellos quienes adapten sus negocios al
respeto al medio natural que les acoge y que explotan, y que no les pertenece.
-“La superpoblación de jabalíes, cabras montesas, conejos
y buitres, entre otras especies silvestres, ocasionó en 2020 unas pérdidas
superiores a los 30 millones de euros en el sector agrario valenciano debido a
la inacción de las administraciones por presiones ideológicas y a las
restricciones de la caza impuestas por la pandemia. (…) Los accidentes de tráfico
por animales se han multiplicado por 7 en la última década. Los destrozos en
las urbanizaciones y núcleos urbanos son cada vez más cuantiosos. Se han dado
los primeros casos de ataques a personas: si con jabalíes ya es preocupante,
más lo sería con las manadas de lobos campando a sus anchas por nuestro
territorio. ¿Esperamos a que haya muertos por la acción de la fauna salvaje?”
Este párrafo con el que el señor C.A.L. termina su exposición,
es totalmente surrealista. Analicemos bien: es la Comunidad Valenciana, donde no
hay lobos, y hay presión cinegética… y dice que hay superpoblación de ungulados.
Esto siempre se asocia a la ausencia de lobo y la acción de la caza. Por otra
parte, añade que los ungulados ocasionaron pérdidas debido a las “presiones
ideológicas de las administraciones y las restricciones a la caza por la
pandemia”, aunque luego se queja de que hay daños que se han multiplicado por 7
en diez años. ¿En qué quedamos? ¿Eran debido a restricciones por la pandemia, a
supuestas presiones ideológicas o realmente han aumentado durante años? Evidentemente,
no hace falta responder porque entraríamos en un bucle absurdo ya que las
preguntas carecen de sentido alguno.
No hubo, desgraciadamente, restricciones para la caza por la
pandemia. Fue escandaloso y bochornoso ver cómo se permitía a quienes barren
los montes de vida moverse libremente mientras los demás se mantenían
confinados. Fue repugnante, así que no mienta con eso.
Según este señor, jabalíes y otra fauna destruyen las urbanizaciones,
los pueblos, causan accidentes de coche y atacan a las personas. Si estos
animales suponen la apocalipsis, sepa usted que, como se ha demostrado
científicamente en varios lugares del planeta, los lobos regulan de forma
natural y eficaz a estas especies, que constituyen sus presas. Y cuando digo “regulan”
no quiero decir “reducen”, que es un término muy diferente.
También se ha demostrado que la caza provoca el efecto
contrario al que supuestamente dicen buscar: los jabalíes aumentan pero de
forma descontrolada, antinatural y desequilibrada. De hecho, también existen
las granjas de cría y suelta de estos animales (hay más de 800 en España). La caza es una industria más, un
negocio de ocio en el que se matan animales. También aumentan así los
accidentes por jabalí en carretera, que se producen sobre todo los días de
batida y siguientes, como se ha demostrado.
En todo caso, le recuerdo que la caza mata en España mucha
más gente que el terrorismo (son 24 muertos por disparo de caza anuales y
cientos de heridos, quedando muchos de ellos con daños o discapacidad crónicos,
pero en 2020 fueron 53 muertos por accidente de caza, un dato que todo el mundo
debe conocer).
Por último, no está bien demonizar a especies como el conejo
o el buitre leonado. El conejo es especie clave y catalogada en el Libro Rojo como
Vulnerable y, el buitre leonado, es una rapaz carroñera que solo provoca daños
en la imaginación de algunos que, una vez más, buscan parasitar dinero público
con quejas inventadas.