domingo, 30 de septiembre de 2018

REINTRODUCCIÓN DEL LOBO EN ISLA ROYALE.




Como recordaréis, se aprobó la reintroducción del lobo en Isla Royale este mismo año debido a la inminente extinción de la especie en este auténtico laboratorio salvaje del estudio de la relación del lobo con sus presas.
Esta isla fue salvada por los lobos de la destrucción por parte del crecimiento masivo de alces debido a la falta de predadores naturales, un ejemplo de relación de equilibrio natural famoso en el mundo entero y descrito en todos los libros de ecología. Los lobos entraron de forma natural por un puente de hielo y se quedaron, restaurando el equilibrio natural de todos los ecosistemas (ver en “Etología del lobo y del perro” de Ediciones Tundra, o en “Lo que el lobo sabe”, Ediciones Tundra).
El número más alto de lobos en la isla estuvo en cincuenta ejemplares en 1980 y llegó a haber hasta 4 manadas normalmente de 3 a 8 individuos. Normalmente,  eran tres manadas bien conocidas y un número variable de lobos solitarios que llegó a la decena. Las manadas eran conocidas como “East”, “Middle” y “Chippewa Harbor”
Pero los lobos que colonizaron la isla eran un grupo familiar compuesto por una pareja reproductora y sus hijos. Aunque posteriormente logró llegar a la isla otro macho dispersante que constituyó genética renovada, todos los lobos de Isla Royale provenían de la misma loba fundadora. Los hijos se cruzaron con los hermanos, y entre sus descendencias se recruzaron... creando un problema de endogamia exagerado.
Tanto es así, que esto redujo su capacidad para superar enfermedades y su resistencia y produjo mutaciones y problemas óseos hasta entonces desconocidos en poblaciones de lobos salvajes. Fue conocido incluso un caso de muerte de loba en un parto, algo inaudito en lobos salvajes. El parvovirus, introducido en la isla seguramente por algún visitante, causó una debacle en los lobos justo cuando su población era mayor, entre 1980 y 1981, y en 1982 la población cayó de los 50 ejemplares a sólo 14.
En 1991 se realizó un estudio de la variabilidad genética y se descubrió que los lobos muestreados eran genéticamente tan parecidos como una población de hermanos de cautividad. Fue en 1997 cuando un macho externo cruzó un puente de hielo para llegar a la isla y se cruzó con una loba logrando crear su propia manada, que llegó a ser inusualmente grade, con diez ejemplares. De hecho parece que supuso la desaparición de uno de los otros 4 grupos que había en aquél momento si bien fue la salvación para la población de lobos de la isla, sumida en su grave problema de consanguinidad. En 2009 se descubrió que más de la mitad de los lobos de la isla descendían de aquél lobo. En la isla habría unos 23 lobos. Aquél lobo tuvo 34 cachorros en sus 8 años de reproductor.  


Este año 2018 ya sólo quedan dos lobos de bastante edad (foto de arriba). Una pareja compuesta por padre e hija, además de hermana, que además serán hijos de hermanos que serían a su vez hermanos. El año pasado no tuvieron éxito en la reproducción y seguramente si tuvieran hijos serían inviables. La población de lobos de la isla estaba funcionalmente extinta y ahora ya es anecdótica su presencia.
El último lobo de Isla Royale persigue sin éxito a un zorro

Tras muchas divagaciones, se tomó la decisión de intervenir con una reintroducción para evitar, entre otras cosas, que la población de alces acabara por crecer desmesuradamente y destrozar los frágiles ecosistemas de la isla como hicieran antes de la aparición del lobo. 
Ya se ven evidencias de artritis y enfermedades periodontales en los alces de Isla Royale, lo que recuerda a las épocas previas a la llegada de los lobos.




El plazo para la culminación de la introducción de 6 lobos será el 31 de octubre de 2018. Después se continuará con la introducción en los próximos tres años intentando que haya machos y hembras para que no resulte en endogamia.
Dos lobos provendrán de la Península superior en Michigan y cuatro lobos más de la reserva india de Grand Portage Band de Chippewa, de Minnesota. Son lobos de tierra firme de las zonas que podrían haber proveído a la isla de lobos de forma natural. Para 2019 se traerían lobos de Ontario que, al contrario de los de Michigan, tienen experiencia en la predación de alces. Los de Michigan tendrán que aprender a hacerlo aunque también encontrarán castores, una presa habitual para ellos y que han aumentado su población en Isla Royale, al igual que los alces, desde la práctica desaparición del lobo. Se plantea la duda de qué pasará cuando los lobos introducidos se encuentren con los de Isla Royale, que son más débiles debido a la consanguinidad que arrastran, además de edad avanzada. Se les libera en otra zona evitando el territorio de esta pareja pero por lo demás se espera que lo resuelvan por su cuenta.



liberación de la primera loba

Aquí llegó el martes la primera pareja a Isla Royale provenientes de captura en la reserva india de Minnesota. La loba salió de la caja como se ve en el vídeo. El macho esperó a que cayera la noche para salir al amparo de la oscuridad. Ese mismo día también se capturaron otros dos lobos pero fueron liberados porque los biólogos responsables consideraron que eran demasiado jóvenes para ser reubicados.

Si esto tiene éxito, se habrá escrito un nuevo capítulo no sólo para la larga e interesante historia de la relación de lobos y alces en Isla Royale, sino también para la conservación del lobo y la restauración de ecosistemas en el mundo.
Cuentan con los posibles fracasos e incluso con el riesgo de muertes debido al traslado (del 3 al 5% de los lobos podría morir, según dicen, durante la captura con peligros como la anestesia). En los años 90 murieron dos lobos durante el traslado a Yellowstone, uno porque el dardo anestésico entró directamente en su corazón y el otro porque salió del Parque Nacional y fue disparado por furtivos). Incluso podría ser que intenten nadar de vuelta a tierra firme, lo que sería un riesgo muy grave para sus vidas. Si permanecen en la isla, donde la caza está prohibida y hay vigilancia, y donde hay abundantes alces para ellos, tendrán una buena oportunidad de éxito.
Contando previamente con los fracasos posibles, una loba capturada en Minnesota ha muerto el jueves. Todo apunta a que no salió de la anestesia.

miércoles, 19 de septiembre de 2018

ETOECOLOGÍA EVOLUTIVA. LOBOS Y CORNAMENTAS.


Investigadores de la Universidad de Montana y coautores como Doug Smith, han publicado en Nature Ecology and Evolution un estudio sobre el vínculo evolutivo entre lobos y el desmogue del wapití o ciervo canadiense
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Metz inició esta investigación porque observaba que la pérdida de cornamenta de los ciervos se producía a fines de marzo, pero en un invierno especialmente suave, el de 2004/2005, los ciervos perdieron sus cuernas antes. Un día observó un ciervo matado por los lobos. Era principios de marzo y no tenía cornamenta. Era el único macho sin cornamenta que habían visto en la zona. Se empezaron a fijar y observaron que iban cayendo los ciervos que iban perdiendo las cuernas. Así empezó a tomar datos.

Finalmente, descubrieron que los lobos de Yellowstone cazan preferentemente a los wapitíes machos que ya han perdido sus astas. Esto sugiere que las astas no se usan sólo para competir por las hembras, sino que también ayudan a disuadir a los lobos. Quizás por esto estos ciervos pierden sus astas bastante más tarde tras los combates reproductivos, manteniéndolos gran parte del invierno, en comparación con otros cérvidos norteamericanos, perdiéndolas escalonadamente a partir de marzo.

Las cornamentas de los cérvidos evolucionaron en la competencia reproductiva. Deshacerse de ellas lo antes posible elimina una pesada carga y proporciona un mayor impulso en el crecimiento de las astas para la siguiente temporada. En resumen, cuanto antes cae la cornamenta, más grande es al año siguiente.
Los lobos en Yellowstone a menudo matan wapitíes durante el invierno, pero Metz, que ha estudiado la dinámica depredador-presa en Yellowstone desde 2002, ha encontrado que prefieren matar ciervos que ya habían mudado sus cornamentas, aunque están normalmente en mejores condiciones físicas que los que todavía las conservan. 

Los resultados muestran que las astas son un importante elemento de disuasión predatoria para el wapití, una función secundaria que podría ayudar a explicar la variación en el tiempo de retención del cuerno en todos los cérvidos.
Para los ciervos más jóvenes es poco probable conseguir tener éxito en la próxima temporada, por lo que el riesgo es demasiado alto y por eso quizás sean los últimos en perder sus astas.