El año pasado fue el LOBO MARLEY, que era objeto de estudio científico, el que fue abatido a tiros por el Principado de Asturias dentro del Parque Nacional de Picos de Europa, el único Parque Nacional del mundo donde se da muerte a grandes predadores. Ahora ha sido una loba dentro del mismo Parque Nacional pero en la vertiente leonesa y por personal contratado por la Junta de Castilla y León.
Hacía un año y pico que esta loba, de menos de dos años de edad, estaba siendo objeto de estudio científico por medio de un collar satelital.
Este lamentable hecho demuestra muchas cosas:
1º/ que si de esto nos enteramos porque la loba estaba radiomarcada ¡cuántas veces estará sucediendo la muerte de lobos a escondidas y por personal de la Administración sin que nos enteremos!
2º/ que los controles se realizan a ciegas, sin identificar a los individuos y contra el primer lobo que sale a tiro y que, por tanto, además de ser injustificados e injustificables por estar dentro del Parque Nacional, por no haber existido causas mayores de ataques a ganado que lo justifiquen por esos individuos, por carecer de criterios técnicos ni científicos, están poniendo en riesgo la estabilidad de los grupos de lobos.
3º/ que no existe coordinación entre las diferentes Comunidades Autónomas que gestionan el Parque Nacional
4º/ que las Administraciones carecen de escrúpulos a la hora de realizar gestiones que no someten a consulta pública, gestiones que son ilegales y furtivas y que intentan ocultar. En este caso, la Administración, como en el caso del lobo Marley el año pasado, intentó esconder lo sucedido.
5º/ que las Administraciones están despreciando vilmente el gasto público que supone el estudio científico que se estaba realizando.
SABED ALGO: EN LOS AÑOS 70 EL LOBO IBÉRICO PASÓ POR UN CUELLO DE BOTELLA GENÉTICO DADA LA CRÍTICA SITUACIÓN DE SU POBLACIÓN. DESDE ENTONCES, SE RECUPERÓ EL NÚMERO DE EJEMPLARES HASTA CIERTO PUNTO (NUNCA HASTA CONSEGUIR LOS EFECTIVOS QUE EXISTIERON EN LA ANTIGÜEDAD) PERO A PARTIR DE UN NÚMERO REDUCIDO, LO QUE SUPONE UNA PÉRDIDA GENÉTICA ENORME. CADA LOBO QUE MUERE SUPONE UNA REDUCCIÓN DE LA VARIABILIDAD GENÉTICA DE LA ESPECIE QUE PONDRÁ AL LOBO EN DUROS APRIETOS A MEDIO O LARGO PLAZO.
