REINTRODUCCIÓN DEL LOBO EN LA MÍTICA ISLA ROYAL, LAGO SUPERIOR, MICHIGAN.
En diciembre de 2017 escribía en este blog un pequeño artículo que titulé "La desaparición del lobo en Isla Royal provoca desaparición de alces". Contaba entonces que ya sólo quedaba una pareja como resto de lo que fue la boyante, aunque consanguínea, población de lobos de un paraíso que, durante décadas, había sido el laboratorio de estudio de las relaciones predador-presa más importante del mundo. Medio año después, en junio 2018, ya publicaba sobre la posible futura reintroducción de lobos en Isla Royal... y en septiembre de 2018 escribí un artículo que recomiendo leáis incluso antes de leer lo de hoy. Ya era un hecho la REINTRODUCCIÓN DEL LOBO EN ISLA ROYALE.
ANTECEDENTES
La llegada natural del lobo a la isla en 1940 fue una bendición y se produjo de forma natural pero, debido al aislamiento, la endogamia en la isla llevó al colapso de los lobos a partir de 2012. Con la casi total desaparición del lobo en la isla, se comenzaron a vislumbrar los problemas en todo el ecosistema que se conocieron antes de la llegada del gran predador. Los alces han aumentado un 19% anual hasta más de 2000 ejemplares para 330 km2 y ya han muerto de hambre en un centenar de ellos en 2019, los cuervos, que se alimentaban de los restos proporcionados por los lobos, han ido desapareciendo, la vegetación vuelve a recibir fuerte impacto, se ha perdido el 94% de los abetos balsámicos de la isla, todo lo cuál perjudica a las aves forestales, lo que conlleva perjuicio para las aves rapaces, los castores han aumentado sin parar desde el colapso de los lobos a partir del 2012, de alguna forma todo esto afecta a la liebre americana y a su principal predador, el zorro rojo, que aprovechaba las carroñas de alces que dejaban los lobos.
Gráfico que muestra el aumento del castor asociado a la decadencia del lobo en I.Royal a partir de 2012La reintroducción del lobo parecía una necesidad pero había polémica entre los que abogaban por ello y los que preferían que la naturaleza siguiera su propio curso. Pero, realmente, ¿podía seguir su propio curso natural? En caso de no haber existido influencia humana, los caribúes habrían seguido llegando a la isla en sus migraciones anuales, las aguas del lago habrían seguido helándose cada invierno, y los lobos de tierra firme habrían seguido llegando a la isla cada año tanto a nado como atravesando la superficie helada, proveyendo a la isla de nuevos aportes genéticos, con lo que nunca hubiera existido, posiblemente, semejante problema de consanguinidad.
En todo caso, ha resultado de necesidad imperiosa la reintroducción del lobo en Isla Royal para la restauración natural de los ecosistemas. Durante décadas, la isla ha sido un referente del equilibrio proporcionado por la presencia del lobo como regulador y estabilizador de los procesos naturales. En esta isla virgen, donde la caza está totalmente prohibida, los procesos naturales se producían sin influencia humana. Así mismo, la isla fue el lugar del mundo donde más estudios se han realizado acerca de la relación entre un predador y sus presas naturales.
LA REINTRODUCCIÓN. REACCIONES TERRITORIALES
El objetivo es introducir hasta 30 lobos nuevos en la isla durante 5 años. Con la reintroducción inicial de tres lobas y un lobo en el otoño de 2018 se planteaba la duda de qué sucedería con los últimos dos ejemplares originarios de Isla Royale. Se llevaron los nuevos lobos a una zona alejada en evitación de que hubiera interacción directa y se esperó a que resolvieran los conflictos por su cuenta aunque se suponía que sus días podrían estar contados. Los lobos son animales muy territoriales y entre ellos se matan en encuentros agonísticos, lo que funcionalmente sirve para autorregular su población. Semanas después de la reintroducción, el nuevo macho introducido apareció muerto y por la necropsia se supo que fue por neumonía (contraída durante el proceso).
En marzo de 2019 se introdujeron 3 lobos y una loba canadienses provenientes de otra isla del mismo Lago Superior, Michipicoten, a la que habían llegado y en la que no se veía que pudieran subsistir. Es un grupo de lobos muy grandes, y poderosos, que alcanzan hasta los 45 kgs y que están ya habituados a la caza de alces.
Uno de los grandes lobos de Michipicoten antes de ser capturado, huyendo del helicóptero hacia la foresta.Liberación en Isla Royal.
¿Qué pasó con la pareja de lobos nativa? El 17 octubre 2019, un guarda se encontró casual y sorprendentemente el cuerpo del macho nativo en el bosque en el centro de la isla. Había sido matado por otros lobos.
Este lobo, M183, tenía 11 años (nació en 2008), era nieto de Loba Cenicienta, una alpha muy importante de la Isla, que incluso sobrevivió a un "golpe de estado", y era bisnieto del Viejo Tío Gris, el lobo que llegó a la isla cruzando un puente de hielo y que introdujo nuevos genes en la población de Isla Royal permitiendo la supervivencia de los lobos de la isla durante mucho tiempo más. M183 había sobrevivido a la hecatombe genética que había terminado con toda su consanguínea estirpe. Era de la manada Chippewa Harbour... En 2011, cuando era un joven lobo de tres años, ese grupo vivió una tragedia. Tres lobos murieron al caer en un viejo pozo. Uno de ellos era el alfa, otro era un macho de rango alto que iba radiomarcado y con ellos iba un cachorro. Ahí estuvo él presente seguramente, y sufrió aquella pérdida. En la necropsia vieron signos de la consanguinidad: artritis en las falanges, en las vértebras, tenía 28 vértebras (es decir, una más de lo normal, lo que era ya habitual en Isla Royal por la excesiva endogamia)...
Tenía una pareja, F193, que era su hija aunque también medio hermana. Aquí les tenéis a ambos, casi una fotocopia el uno del otro. De la hembra no se sabe nada y se piensa que estará muerta ya.
Cuando reintrodujeron los cuatro primeros lobos, descubrieron que había un lugar de la isla donde estos nuevos individuos no se atrevían a aventurarse. Era el territorio de la pareja nativa. Al morir el macho nativo de la isla en octubre de 2019, los lobos introducidos se desplazaron a esa zona inmediatamente.
La telemetría indicaba que, al llegar a la isla los primeros lobos, cada individuo se movió a una distancia de unos 200 metros de los otros en sus movimientos exploratorios. En la foto de arriba, se muestra Isla Royal y los puntos de ubicación de la telemetría de los cuatro lobos introducidos. El de arriba a la derecha es el del macho, que murió al poco tiempo, y los otros tres de las lobas. Si os fijáis, hay una zona que de la punta de arriba que los nuevos lobos tratan de evitar. Es la zona ocupada por la pareja nativa.