viernes, 8 de mayo de 2020

ENCUENTROS CON LOBOS




Pocas veces tiene uno la inmensa suerte de toparse cara a cara con el lobo en la naturaleza. Así, "Cara a cara con los lobos", titulé el capítulo que dediqué a mi más bonito encuentro con lobos salvajes en la montaña, dentro del libro "Encuentros con lobos" de Tundra Ediciones. Aquellos lobos quedaron petrificados por el miedo al verme, y huyeron en cuanto pudieron, tras unos momentos de tensión por la sorpresa de encontrarme en un recodo de su camino. 

Os traigo algún detalle de un experimento científico que han querido realizar en Noruega para determinar cómo afecta la presencia de humanos al comportamiento de lobos salvajes. Se ha realizado con lobos radiomarcados, siguiendo sus movimientos ante el acercamiento de personas. En las 17 ocasiones en las que se logró el acercamiento, los lobos huyeron mucho antes de que las personas pudieran detectarlos visualmente. Curiosamente, los lobos huían por el camino que tomaban las personas para acercarse. Ciertamente, el camino más improbable para un nuevo encuentro con estas personas, que seguirán con más probabilidad cualquier otra dirección que aquella por la que han venido. En ninguna de las ocasiones fue posible ver al lobo, al igual que tampoco lo ven la inmensa mayoría de las personas que viven en zonas de lobos ya que el lobo es un animal sumamente temeroso del ser humano.  


En el Parque Natural de Panaveggio Pale di San Martino, en Trentino, Italia, una cámara de fototrampeo pudo filmar en la mañana del día 3 de mayo una secuencia en la que un lobo que camina por la nieve cuando de pronto detecta algo que le hace quedarse paralizado observando con mucha precaución, para darse la vuelta y huir como una centella. Poco después aparece un humano con su perro. El lobo había detectado la presencia humana, huyendo antes de que esta persona pudiera percatarse de su presencia. Se calcula que estarían a unos 30 metros cuando el lobo les escuchó subir en esa dirección. 







En 2015 publiqué también el siguiente montaje de fotos de fototrampeo en las que se ve a un lobo en un bosque de Noruega cuando caminaba por una senda. El lobo detectó la cámara y olisqueó el aire con temeridad... de pronto, detectó también que venían personas e, inmediatamente, huyó hacia el interior del bosque. Tres minutos después, efectivamente, apareció una familia buscando arándanos. Lo patético fue que publicaron las imágenes hablando del riesgo que habría corrido esa familia, especialmente el niño, que había estado tan cerca del lobo... cuando en realidad habían tenido la inmensa fortuna de compartir el lugar con lo más bello de la fauna salvaje pero no habían tenido la suerte de ni siquiera percibir su presencia. En fin, la ignorancia es la peor la lacra y os quería compartir estos vídeos en los que se muestra la reacción normal de huida del lobo salvaje ante la presencia humana.