Los lobos, que se distribuyen por el N de las Rocosas y los bosques de la región de los Grandes Lagos, ya no van a estar protegidos legalmente. La excusa, falsa excusa, es que el lobo se ha recuperado. El Servicio de Pesca y Vida Silvestre dice que su población ha crecido mucho y que ya no requiere de protección. Política disfrazada de ciencia. Así que, excepto los lobos mexicanos, que viven en el S de Arizona y Nuevo México, y una pequeña población de Carolina del Norte, los demás ya no tendrán protección. Medio siglo de esfuerzos de conservación al garete. A la Administración “medioambiental” estadounidense le encantaría quitarse de encima el “mochuelo” de la protección de los grandes predadores. Si estuvieran todos los lobos exterminados, estarían mucho más cómodos… los ganaderos podrían llorarle a otro Departamento, pues siempre buscarían problemas y a quién llorárselos.
Para ser legal, la decisión de eliminar una especie de la lista roja, requiere un estudio imparcial de la población de lobos, de la dinámica de sus poblaciones y de las consecuencias de las acciones que se proponen. Pero resulta que no hay imparcialidad. Se contrató a un panel de científicos para realizar los estudios y esto aparentemente reflejaba independencia. Pero resultó que el Servicio de Pesca y Vida Silvestre quería que estuvieran a la altura de sus planteamientos anti-lobo. Y no fue así. Los investigadores Roland Kays, Juan Vucetich y Robert Wayne, junto con otros 13 científicos, enviaron firmada una carta a la secretaria de Interior (Sally Jewell) cuestionando los fundamentos científicos de la decisión. Inmediatamente, fueron retirados del panel de científicos y punto. Es decir, se esperaba de ellos que se unieran a las decisiones de la Administración ya de antemano. Como los científicos cuestionaron la decisión de la Administración, se les quitó del medio. No hay independencia y neutralidad. Es la Administración la que ha decidido que la población de lobos está en aumento "excesivo". Es un poco como sucede en España. Todo se basa en intereses políticos. Como siempre, el lobo es un animal político allende las fronteras.
La realidad es que los científicos ya han observado una clara disminución de la población de lobos (7%) en las Montañas Rocosas desde que se autorizó en 2011 la caza del lobo en Idaho, Montana y Wyoming. En Idaho, la población de lobos decreció un 12%. Se cargaron más de 400 ejemplares. Se mataron más lobos que cabezas de ganado muertas por ellos. Aquí uno de ellos:
En esta imagen, del año pasado, se puede observar que todo está permitido
(cepos):