Hace cinco años publiqué un artículo sobre los lobos de Alemania. Tras siglo y medio sin lobos tras su exterminio en el país, en 1996 empezaron a llegar los primeros ejemplares salvajes dispersantes desde la vecina Polonia. La primera reproducción se registró en el año 2000. En 2013 había ya 14 grupos reproductores. Aunque se mataban furtivamente bastantes ejemplares y más aún morían en las carreteras. Su alimento principal allí es el corzo, en algunos sitios constituyendo el 90% de la dieta y en general más de la mitad, seguido de lejos por el ciervo y después el jabalí y como complemento las grandes liebres europeas. El ganado es algo anecdótico en la dieta de algunos lobos alemanes constituyendo el 0,8%. Aquí podéis ver también un artículo que escribí sobre la alimentación del lobo en Alemania.
Por supuesto, cuando se producen daños al ganado, como siempre, está detrás la falta de responsabilidad del ganadero, que no implementó medidas preventivas (los mastines o perros de protección del ganado son la más eficaz y se pueden complementar con otras, pudiendo perfectamente conseguir no tener jamás ni un solo ataque al ganado).
Dicho esto, viene ahora mi decepción, cuando, tras años de protección del lobo en el país y la especie creciendo adecuadamente, aportando valor a la biodiversidad de Alemania y de Centroeuropa, manteniendo el equilibrio natural de los ecosistemas en los que habita, la ministra de "Medio Ambiente (etc)" de Alemania, Svenja Schulze, da luz verde a la muerte de lobos. Utilizan la demagogia que en España ya conocemos: controles de ejemplares especialmente dañinos para el ganado. Una nueva ley permite que los ganaderos hagan la lucha por su cuenta y escupan su odio a través de los rifles con la simple percepción de que exista amenaza para sus bienes (su ganado, su carne, su dinero). Además, podrán seguir recibiendo indemnizaciones y compensaciones económicas como siempre. También allí son el colectivo empresarial y extractivo más mimado.
Esto ha levantado protestas de ecologistas, conservacionistas y animalistas (términos por cierto tan mal comprendidos por los cazadores y todos estos personajes que atentan sin pudor contra la vida y la biodiversidad).
No se habla de uso de prevención: perros protectores, vallas electrificadas y otros muchos medios.