lunes, 27 de mayo de 2019

EL RIESGO DE LA HIBRIDACIÓN CON PERROS.


Hoy os traigo los resultados de una investigación realizada por Valerio Donfrancesco, de la Universidad de Exeter, en Cornwall, que dice que las manadas de híbridos ponen en grave riesgo al lobo en Europa. 
La destrucción y humanización de los hábitats, además de los controles letales, hacen que los grupos de lobos se vean adulterados y que los jóvenes tengan más encuentros con perros en áreas periféricas en momentos de su vida en los que deberían estar relacionándose con otros lobos salvajes. 
Donfrancesco realiza una comparativa de opiniones de más de cuarenta científicos, que están de acuerdo en la existencia de este problema pero no existe consenso para atajarlo ya que faltan datos sobre la efectividad de las diferentes intervenciones. De hecho, si se pone sobre la mesa la posibilidad de eliminar híbridos, se abriría un vacío legal para la matanza de lobos, algo que ya conocemos en Galicia. 
Existe una gran desinformación sobre el impacto de los perros que vagan libremente por los montes.

ANTECEDENTES. SIERRA MORENA. 

Un estudio genético del Doctor Carles Vilá mostró que el aislamiento de los lobos de Sierra Morena produjo endogamia y también hibridación. Esto fue debido a las muertes y aislamiento en los cotos de caza privados, y llevó a que el lobo ibérico dejase de reproducirse en estas sierras alrededor del 2013. El material genético que recopiló en Sierra Morena mostraba evidencia de endogamia. 
La población se redujo tanto que los individuos estaban muy emparentados, cruzándose entre hermanos que ya eran incluso hijos de hermanos), lo que suponía un riesgo de enfermedades genéticas como ha sucedido en Escandinavia o en Isla Royal en Norteamérica. 
Por otra parte, la reducción de la población de lobos aumenta el riesgo de la hibridación con perros. Cuando la población de lobos es natural y óptima, el riesgo de hibridación es muy bajo. Pero cuando hay alta presión cinegética y la población está mermada y castigada, y el hábitat también, aumentan los casos de hibridación.    
Carles Vilá analizó el genoma de un lobo atropellado en 2003 en Sierra Morena y descubrió que, muy probablemente, uno de sus abuelos había sido un perro y mostraba además evidencia de cruces anteriores con perros. Afirmaba Vilá que el que una población dada de lobos perdure en un tiempo determinado no significa que sea viable a largo plazo. De hecho, pueden sobrevivir bastantes años como población relicta pero poco a poco se acumulan problemas que comprometen su supervivencia. 

OTROS ESTUDIOS SOBRE HIBRIDACIÓN CON PERROS

Hubo otro estudio genético, dirigido por Raquel Godinho, genetista de la Universidad de Oporto, cuyos resultados se publicaron en 2011 en el que el 4% (8 individuos) de los 208 ejemplares de lobo analizados eran híbridos (cruces de perros y lobas). Estos 8 híbridos provenían de Asturias, Lugo, Minho (Portugal) y Salamanca, de áreas periféricas de la distribución actual del lobo, con baja densidad de lobos y muy castigados (socialmente desestructurados y adulterados por la persecución crónica humana) y alta densidad de perros descontrolados. Tres de estos híbridos, de Bobia y Penouta (Asturias), eran cachorros  que venían de retrocruzamientos, es decir, que sus padres eran ya híbridos y se han cruzado con lobos. Esas zonas de Asturias son zonas en las que los lobos se ven tremendamente castigados por la persecución humana (caza y ganadería)
Lobo (arriba), e híbridos abatidos en Penouta, Asturias, hace años. 

Carles Vilà decía entonces que, si la tasa del 4% de hibridación es cierta, se perdería el lobo progresivamente. Hay que investigar si los híbridos se integran (como muestran los tres híbridos de Asturias), y si siguen llegando genes de perro a los lobos ibéricos. Las conclusiones de Vilà en el año 2000 eran que la hibridación no parecía ser un problema grave para la conservación del lobo porque la introgresión de genes de perro en lobos salvajes no llega a ser importante por barreras fisiológicas y, sobre todo, etológicas, que no permiten que se mantenga, habitualmente, la hibridación, aunque se dé en algunos casos. Estos individuos suelen tener dificultades para integrarse con éxito en la población de lobos. Aunque hablaba de la necesidad de estudios de marcadores nucleares (microsatélites) para tener un conocimiento más exacto del éxito reproductivo de los híbridos y, por tanto, del impacto que pudieran generar. PERO si lobos y perros llegan a tener suficiente contacto, se podrían sincronizar finalmente los ciclos reproductivos. Si a esto se une la presencia de basuras o recursos fáciles de origen humano que pudieran permitir mayor supervivencia de los híbridos y de que estos se unieran a lobos dispersantes jóvenes, la hibridación sí podría ser un problema. 


PERRO CON LOBA. ¿POR QUÉ?

Antes de los estudios genéticos actuales no se detectaban híbridos porque se analizaba el ADN mitocondrial, que se transmite de la madre. Por tanto, si la madre era loba, no se detectaban híbridos. Al estudiar marcadores genéticos nucleares, aparece la hibridación del perro. El ADN mitocondrial de los tres híbridos matados en Asturias era, sin embargo, el de lobo. Otro individuo adulto que fue abatido en la Sierra del Sueve (Asturias) y que tenía aspecto claramente de híbrido, mostraba también un ADN mitocondrial de lobo. 

En el año 1997, el Dr. Carles Vilà realizó un estudio de hibridación a través de ADN mitocondrial, sin hallar hibridación en 162 lobos de diferentes partes del mundo (65 ibéricos) y concluyó que lobos y perros estaban genéticamente separados. Y, en otro estudio anterior, de 1992, con 600 lobos ibéricos que murieron en España, tampoco se detectó. 
En 1999, Vilà estudió más concienzudamente 103 lobos ibéricos, incluyendo aquellos 65 anteriores, y confirmó que estaban bien separados de los perros. Aunque en algún perro asilvestrado abatido en Asturias se encontró ADN mitocondrial de lobo. 

Antaño creíamos que las hibridaciones se daban más comúnmente entre lobo y perra ya que, dado que el macho corteja a la hembra, suponíamos que, como el perro es un individuo inmaduro por selección y adulteración humana, lo natural era que la perra eligiese al lobo, de comportamiento maduro y natural. Pero, visto lo visto, parece que no es así, como nos decía la lógica, y que se producen más hibridaciones entre perro y loba. La explicación parece estar en que las lobas sólo tienen un celo y las perras dos, y los lobos (machos) tienen un pico estacional de testosterona en ese celo y sólo durante el celo, pero los perros (machos) tienen niveles altos de testosterona todo el año. Esto es debido a las adulteraciones por la domesticación, que han eliminado la funcionalidad de estos aspectos tan importantes en la ecología del cánido salvaje. De esta forma, el ciclo reproductor del lobo (macho) no se sincroniza con el de las perras (hembras), pero los perros siempre están dispuestos a cubrir lobas en celo, lobas juveniles de áreas periféricas de las zonas de distribución, o divagantes, dispersantes, que buscan elementos nuevos y que habitualmente provienen de grupos muy castigados por la caza y la persecución humana. 
Aparentemente, los perros, como animales inmaduros y adulterados, no suelen ayudar en la crianza de los cachorros y apoyo alimenticio a la madre, por lo que, en condiciones naturales, raramente sobrevivirían esos híbridos, pero estas madres lobas suelen vivir en zonas humanizadas en las que hay alimento más fácil de conseguir.