domingo, 11 de noviembre de 2018

LA CIENCIA HABLA. MATAR LOBOS AUMENTA LOS DAÑOS EN EXPLOTACIONES CERCANAS



MATAR LOBOS PARA EVITAR DAÑOS PERJUDICA EN LAS EXPLOTACIONES CERCANAS 

Un estudio realizado en Michigan en el que evaluaron dos tipos de intervención sobre la interacción de los lobos con el ganado desde los años 80 hasta el 2014: una era los controles selectivos donde había habido daños y otra el asesoramiento a los ganaderos y el uso fortuito de métodos no letales. 
Los controles letales se asociaron a un riesgo insignificantemente menor de recurrencia de depredación que se compensaba con incremento de la depredación a una distancia de 5 kms. 
Los resultados dicen que los controles letales después de los daños al ganado no fueron eficaces para reducir el riesgo futuro de recurrencia de ataques en la zona. Si las explotaciones vecinas sufren efectos secundarios de los controles letales, pueden percibir que el problema crece y demandar intervenciones más letales en lugar de detectar que el problema se extiende desde el punto donde se matan los lobos. 
Abundancia del lobo en Michigan, daños verificados y controles letales. 

Evaluaron si los controles letales tras los daños entre 1998 y 2014 disminuían el riesgo de depredación en ganado más que si no se hacían controles y encontraron que el retraso en la recurrencia de los daños no estaba relacionado con los lobos que se mataban de ninguna forma. Matar lobos ni acortó ni alargó el tiempo en el que se producían daños de nuevo. Encontraron que una pequeña reducción estadísticamente insignificante en el riesgo de depredación fue compensada por un aumento similar en el riesgo de depredación en otras explotaciones cercanas. Así, concluyeron que los controles letales no tuvieron el efecto deseado en reducir los daños al ganado. El riesgo de daños aumentó durante los 17 años que abarca el estudio un 9% en la explotación afectada y un 14% en las explotaciones vecinas en comparación a no haber controles. 
Hay variables que pueden producir cambios en los índices de depredación como son cambios en la densidad de lobos, la proporción de pastos, densidad de presas, vegetación, tamaño de la explotación, existencia de caminos, etc. Descubrieron que los grupos más pequeños estaban más implicados en daños al ganado que los grupos grandes, más capaces de capturar presas salvajes. Por eso la noción de que un grupo más grande o mayor densidad de lobos a nivel local da lugar a más depredación es incierta y, por el contrario, una población recolonizadora con dispersantes que ocupan un territorio vacío debido a la eliminación de lobos mediante controles o matanza incide más en el ganado que una población de lobos estable. 

Un dato que apuntan los autores es que los asesinatos furtivos de lobos aumentaron a partir del 2003, cuando se permitieron los controles letales por parte de la Administración en Michigan y Wisconsin.  
Infieren de su estudio que la percepción de que los controles letales son efectivos no proviene de los mismos controles sino de los ganaderos que sí usan métodos preventivos, mientras que las explotaciones vecinas reportan aumento de daños. 
Como conclusión, además de los graves problemas éticos de los controles letales, su falta de efectividad aboga a que sean sustituidos por medidas no letales eficaces. Además, apuntan en el estudio que en el estado de Michigan hay una fuerte evidencia científica de la efectividad de al menos dos métodos: los perros protectores y los fladrys (pinchar aquí)

Estudios sobre el efecto del uso de Fladrys y perros protectores en Michigan: