A
principios de febrero, un grupo de agentes federales armados, en helicópteros,
descendió sobre el Bosque Nacional de Nez Perce-Clearwater, en Idaho,
para la masacre anual de lobo. Con helicópteros y armas de fuego, el equipo
recorrió un paisaje desierto y remoto cerca de la frontera de Montana,
rastreando grupos de lobos como si fueran fugitivos a la fuga. Las autoridades
estatales y federales mantuvieron los detalles de la misión en secreto por
temor a protestas. Cuando la noticia de la operación finalmente llegó al
público, 20 lobos estaban muertos.
La
historia no es única. Este es el quinto año que la controvertida Agencia
Federal de Medio Ambiente, que mata anualmente a decenas de miles de
depredadores nativos en todo el país, ha enviado a sus especialistas para
aniquilar a las manadas de lobos en el norte de Idaho. El objetivo de estas
operaciones de "control de depredadores", como lo llaman
eufemísticamente, es aumentar las poblaciones locales de ciervos, que han
disminuido en las últimas décadas. Algunos cazadores y las autoridades
estatales responsabilizan del declive a la reintroducción del lobo, y exigieron
solventar el problema. Al menos 60 lobos han sido aniquilados a cuenta de esto.
Los
conservacionistas acusan a la Administración de violación de la ley, gastos
innecesarios, y crueldad animal. Idaho financió la matanza reciente, y la
Agencia Estatal de Medio Ambiente, una sub-agencia del Departamento de
Agricultura, la llevó a cabo. De acuerdo con una reciente investigación en High
Country News, la Agencia eliminó 580 osos negros, 322 lobos, 796 linces, 305
pumas, y la friolera de 61,702 coyotes en todo el país solo en 2014 .
Al
igual que en la década de 1930, la matanza de depredadores beneficia sobre todo
a los ganaderos, cazadores y agencias estatales de vida silvestre. Estos
intereses ven a los predadores como una amenaza para su ganado, su gran hobby,
o sus modelos de negocio. Llaman a los Servicios de Vida Silvestre para
erradicar la amenaza. El trabajo de la Agencia, en este sentido, es una
subvención pública masiva para obtener beneficios privados. La agencia tomó en 85 millones de dólares en créditos federales y otros 80 millones de dólares de contratos
estatales, locales y privados en 2013. Nadie sabe con precisión cuántos dólares
federales financian directamente el trabajo en nombre de los intereses privados.
A
principios de este mes, Harper´s publicó una investigación alegando que la
agencia ha probado venenos letales en perros, matado especies en peligro, y
roto la ley federal. Entre otras cosas, el artículo describe el uso y
distribución por parte del Servicio de Vida Silvestre del Compuesto 1080, un
veneno que fue prohibido por la Agencia de Protección del Medio Ambiente en los
años 70. Se cuestionó el por qué del continuo énfasis de la Agencia sobre el
exterminio de depredadores a pesar de la disponibilidad de herramientas de
gestión de la vida silvestre no letales como cercas eléctricas portátiles y las
alarmas activadas por movimiento. Otra investigación anterior en el Sacramento
Bee informó que el Servicio de Vida Silvestre mató 1.100 perros y al menos 12
águilas protegidos a nivel federal entre 2000 y 2012. También reveló que, desde
1979, al menos 10 personas han muerto en accidentes durante las operaciones
aéreas armadas de la agencia.
Desde 2009, Idaho ha matado 1470 lobos y se han reducido los grupos en un 59%. Recientemente han creado un fondo de dinero público para la matanza de lobos. Un nuevo plan de gestión quiere aniquilar el 60% de los lobos de Frank Church-River of No Return Wilderness. Quieren reducir la población de lobos de Idaho a 150 ejemplares y ponerla en la lista de especies amenazadas.