Buenas y malas noticias tengo desde el bosque de los lobos en Tiveden,
Suecia. Los cachorros nacidos la primavera de 2014 están aún vivos. Estos
cachorros son considerados como muy importantes para la diversidad genética de
la población de lobos sueca porque su madre es una inmigrante de la población
fineso-rusa. Llegó durante el invierno de 2013 con un macho también inmigrante.
La pareja se estableció en un territorio aquél invierno, concretamente en
Tornedalen, una zona de cría de renos. La Agencia de Medio Ambiente decidió
capturar a los lobos y enviarlos más al sur, a los bosques de Tiveden.
Decisiones patéticas que se practican en un país que se las da de moderno en
todos los sentidos incluyendo el medio ambiental pero que continúa con unas
políticas rancias basadas en una ignorancia y una xenofobia brutal al lobo en amistad
con sectores económicos privados, en este caso el negocio de la carne de los
renos dirigido por los sami. Contra todo pronóstico dadas las previas
experiencias de lobos traslocados en el país, la pareja se quedó en el bosque
de Tiveden y crió en primavera de 2013
una preciosa camada que pudimos filmar en verano con cinco cachorros. Un vídeo
que ya os mostré en su día.
Más adelante, durante
el invierno, se rastrearon las huellas de sólo cuatro cachorros (con toda
seguridad, uno murió) a la vez que el transmisor que se le había colocado al
macho dejó de funcionar. Se pensó que habría sido muerto furtivamente pero
posteriormente se le pudo detectar vivo. Después, no se ha tenido más contacto
con él y ha sido muy inseguro el que hubieran nacido nuevos cachorros en
primavera de 2014. Pero, sorprendentemente, se han encontrado evidencias
genéticas que constataron que al menos tres cachorros nacieron de esta pareja
en 2014, por lo que a pesar de todo lo que se ha especulado, el macho podría
continuar vivo en este momento.
De todos modos, la
vida de los jóvenes lobos es muy incierta, como siempre digo. Los cachorros
tienen una esperanza de vida baja y los jóvenes que se dispersan mueren en su
mayoría. La idea de que los lobos, si no se “controlan” mediante caza, crecen
con desmesura, es una idea rancia y desfasada, a favor de los intereses del
lobby de la caza y de las Administraciones con ideas y políticas anti-lobo. En
este caso, no han necesitado de muerte natural pues, siguiendo el ritmo de las
estadísticas, han muerto asesinados por humanos. De los cuatro cachorros
supervivientes de la primera camada de 2013 y que visteis tan bonitos de
pequeños, no queda ninguno vivo. Una desgracia. En 2014, durante la primavera,
seguramente durante el celo de los padres, se dispersaron, dejando el
territorio y representando un valor genético incalculable para la endogámica
población de lobos del país. Uno murió disparado en la región de Jämtland.
Otros dos atravesaron la frontera a Noruega, y allí corrieron idéntica suerte.
Todos fueron matados por lo que se llama eufemísticamente “caza protectiva” y
que es un sistema patético para no permitir que la población de lobos supere un
número ínfimo en Suecia y Noruega en pro de una ganadería anecdótica y no
profesional. El cuarto cachorro de 2013 fue ejecutado también en enero de este
año 2015 en Ulricehamn. Al traste toda una inversión biológica de un valor
incalculable.