Investigadores de la Universidad de Montana y coautores como
Doug Smith, han publicado en Nature Ecology and Evolution un estudio sobre el vínculo
evolutivo entre lobos y el desmogue del wapití o ciervo canadiense
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Metz inició esta investigación porque observaba que la
pérdida de cornamenta de los ciervos se producía a fines de marzo, pero en un
invierno especialmente suave, el de 2004/2005, los ciervos perdieron sus cuernas antes.
Un día observó un ciervo matado por los lobos. Era principios de marzo y no tenía
cornamenta. Era el único macho sin cornamenta que habían visto en la zona. Se
empezaron a fijar y observaron que iban cayendo los ciervos que iban perdiendo
las cuernas. Así empezó a tomar datos.
Finalmente, descubrieron que los lobos de Yellowstone cazan
preferentemente a los wapitíes machos que ya han perdido sus astas. Esto sugiere
que las astas no se usan sólo para competir por las hembras, sino que también
ayudan a disuadir a los lobos. Quizás por esto estos ciervos pierden sus astas
bastante más tarde tras los combates reproductivos, manteniéndolos gran parte
del invierno, en comparación con otros cérvidos norteamericanos, perdiéndolas
escalonadamente a partir de marzo.
Las cornamentas de los cérvidos evolucionaron en la
competencia reproductiva. Deshacerse de ellas lo antes posible elimina una
pesada carga y proporciona un mayor impulso en el crecimiento de las astas para
la siguiente temporada. En resumen, cuanto antes cae la cornamenta, más grande
es al año siguiente.
Los lobos en Yellowstone a menudo matan wapitíes durante el invierno,
pero Metz, que ha estudiado la dinámica depredador-presa en Yellowstone desde
2002, ha encontrado que prefieren matar ciervos que ya habían mudado sus cornamentas,
aunque están normalmente en mejores condiciones físicas que los que todavía las
conservan.
Los resultados muestran que las astas son un importante elemento de
disuasión predatoria para el wapití, una función secundaria que podría ayudar a
explicar la variación en el tiempo de retención del cuerno en todos los
cérvidos.
Para los ciervos más jóvenes es poco probable conseguir tener
éxito en la próxima temporada, por lo que el riesgo es demasiado alto y por eso
quizás sean los últimos en perder sus astas.