domingo, 3 de enero de 2010

INDIGNANTE MALVENIDA DE 2010 PARA LOS LOBOS EN SUECIA

VERGONZOSO. Es lo único que se puede decir de lo que está ocurriendo aquí en Suecia con los lobos. El gobierno sueco ha dictaminado sentencia: no quiere más de 210 lobos en todo el extenso país escandinavo, que no es sino la cantidad de lobos que hay tan sólo en Asturias. Ha decidido que ya han llegado al límite máximo. En principio no tiene ninguna explicación: la cabaña ganadera es infinitamente inferior a la de España, donde convivimos con un número 10 veces mayor de lobos aún teniendo que soportar algunas guerrillas; los lobos en Suecia gozan de unos espacios maravillosos en cuanto a posibilidades ecológicas; salvajes y deshabitados; tienen corzos a mansalva, alces, liebres europeas gigantescas, liebres árticas, jabalíes... para cazar y los daños que producen a la ganadería son insignificantes; y, sobre todo, la población de lobos de Suecia es la segunda en peor estado del mundo pues son pocos y sufren un problema de consanguinidad muy grave. Los filtros escopeteros que hay en Laponia son implacables. Los lobos que pretenden cruzar la Laponia finesa lo tienen crudo. Pero cuando llegan a Suecia no lo tienen más fácil. El hombre se ha apropiado del reno y, a pesar de que los propietarios de renos gozan de todo tipo de facilidades tecnológicas y económicas, no tienen escrúpulos a la hora de asesinar a todo lobo que se quede por la zona. El norte de Suecia es territorio prohibido para el lobo.

La Federación de Caza sueca presiona para la matanza. Al fin sus asociados pueden matar lobos gratis sin tener que viajar a Rusia para desfogar sus viles instintos asesinos. Al menos eso dice un individuo sin escrúpulos que es entrevistado hoy en el Göteborg Posten y que está muy contento de haber matado ayer un lobo que necesitó tres tiros, no dudando el periódico en relatar los detalles. Los cazadores odian a los lobos porque, qué ambigüedad, aman a sus perros. No han comprendido aún los cazadores que ejecutan una actividad, dañina sin duda, en la que se adentran en un mundo que no les pertenece y tienen que compartir con otros que viven de ella, como son los lobos. A los lobos no les está permitido matar ovejas, porque son del hombre, tampoco renos porque el hombre dice que también son suyos, tampoco alces porque los cazadores dicen que esos también son suyos, y ni siquiera se les permite defender sus territorios cuando penetran libremente en ellos los perros de los cazadores porque es territorio para disfrute de las escopetas. Los cazadores suecos lloran desconsolados la pérdida de sus amados perros, a los que dejaron irresponsablemente vagar por los territorios lobunos en pos de los cérvidos salvajes que iban a matar. Y quieren venganza.

Pero lo peor es, creo, la ignorancia de la población general. Porque, como dijo Einstein, no es lo peor el que haya personas que hacen mal sino el que haya personas que se sientan a ver qué pasa sin mover un dedo. Los suecos siguen estancados en el cuento de Caperucita, en el de los Tres Cerditos y en el de los Siete Cabritillos. Cuentos creados culturalmente para alimentar el miedo; el miedo que lleva al odio. Muy pocos suecos son los que ven al lobo como lo que es y no como un bicho infernal que se merienda a las personas. La palabra "lobo" sigue haciendo temblar a los ignorantes.

En 2008 se filmó una película en Suecia que fue indignantemente exitosa en la que un propietario de renos pasa un calvario con la justicia por matar un lobo. Una patética sátira contra la conservación del lobo que en nada tiene que ver con la realidad. Lo peor era escuchar los comentarios del público en el cine al salir de la película pues todos se decantaban fervientemente a favor del propietario de renos creyendo que, realmente, lo que sucedía ahí podía ser cierto. La película se convirtió, de esta forma, en una herramienta para que el gran público, a todas luces ignorante en Suecia en este asunto, siguiese sin apoyar de ninguna forma la conservación del lobo.

El caso es que el gobierno sueco, sin ni siquiera consultar a ese gran público y dejándose llevar por la presión de las sociedades de caza, alcaldes, el propio e ignorante monarca (que es cazador), políticos interesados y un agresivo lobby anti-lobos, decidió poner un tope a la población lupina y ayer comenzó la matanza de 27 lobos. Comenzaba ayer y ayer mismo cayeron al menos 21. La mayor matanza de lobos en 100 años en Suecia acaba de comenzar. Se eliminó en un día al 13% de la población de lobos del país. Algunos lobos han huído heridos, quizás de muerte. Los cupos se van a superar, y de hecho así ha sido ya en alguna provincia, pero con el visto bueno del gobierno. Otros serán matados y ocultados. Una matanza sin previo estudio científico, ni de ningún tipo. Ejecutada por un ejército de unos 12.000 cazadores armados dispuestos a matar. Una matanza en contra de la normativa europea aplicada en la Ley sueca. Hoy, algunos cazadores brindan por su horrendo éxito y posan con sus trofeos para la foto. Una escena patética digna de lo más bajo y emético de una sociedad. Nota: las fotos son de ayer. Antesdeayer, esos lobos vagaban libres por las inmensas extensiones salvajes de bosques de Värmland sin molestar a nadie.

Y ya que recordé a Einstein, recordaré también otra cosa que afirmó sabiamente:

Sólo hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y de lo primero no estoy seguro.

David Nieto Maceín. Göteborg, Suecia. 3 enero 2010.