Un dato interesante es que ninguno era hembra. Dos de ellos descendían de la población de lobos de Polonia. Otros 8 provenían quizás -aún no se podía asegurar- del NE de Polonia o de los Países Bálticos. Todos llegados atravesando el norte de Alemania en un viaje dispersivo de más de 700 kms.
En esa región, publicaba en 2013, hay zonas aptas para el lobo con bosques y brezales, con capacidad para albergar unos 10 grupos. Finalmente, se identificaron tres lobos en el centro y sur de esa región, Jütland, a través de muestras de ADN. Todos machos, dispersantes, en busca de nuevos territorios.
Uno de los lobos era del mismo grupo familiar que el lobo que apareció muerto en el Parque Nacional de Thy, hermano de madre de un grupo de Alemania.
Además hubo otros dos lobos identificados a partir de muestras en los bosques del sur de Silkeborg pero que no estaban en el registro alemán de ADN, lo que fue una enorme sorpresa. Parece seguro que provenientes de Polonia.
Ahora, por primera vez en ya más de dos siglos, parece que se ha formado el primer grupo de lobos de Dinamarca. El año pasado fue filmada una pareja de lobos en la misma región de Jütland. Estudios genéticos en heces han demostrado que se trata de, al fin, una hembra, proveniente de un grupo de Alemania, llegada aquí en un viaje dispersivo de cientos de kilómetros.
Ahora lo que se requiere urgentemente para Dinamarca es un proyecto de sensibilización para desterrar la imagen absurda y leyenda negra del lobo y un proyecto de prevención de daños para los pequeños propietarios de ganado, en el que debe estar indiscutiblemente presente el uso adecuado de perros de protección. Aunque los lobos principalmente van a depredar sobre las abundantes presas salvajes, conviene tener presente la prevención de daños. Esperemos que así sea y que el lobo se asiente con éxito, de nuevo, en Dinamarca.